El objetivo principal de la monitorización y detección de incidentes es identificar y responder rápidamente a eventos inusuales en sistemas, procesos o redes para prevenir problemas graves. Su importancia radica en que protege activos y datos sensibles, previene pérdidas económicas y de reputación, cumple con regulaciones de seguridad y fomenta mejoras en la infraestructura de seguridad.
Si la monitorización y detección de incidentes son ineficaces, puede haber acceso no autorizado a información, interrupciones del servicio, aumento de costos en la respuesta a incidentes y daño a la reputación de la empresa. En resumen, estas prácticas son cruciales para garantizar la seguridad y continuidad operativa de una organización.